El 7 de septiembre se cumplen 33 años de una las acciones más importantes en la historia de Chile, cuando comandos del FPMR en la cuesta achupallas en el cajón del Maipo realizaron el intento de tiranicio contra el peor dictador que ha tenido la patria, el terrorista Augusto Pinochet.

Los rodriguistas queremos rendir un homenaje a todos aquellos combatientes del FPMR que participaron en la acción del 7 de septiembre, especialmente a José Valenzuela Levi, comandante Bernardo, jefe de la acción, quien posteriormente fuera secuestrado y asesinado por la CNI en la llamada operación Albania.
Al igual que el triunfo de Leftraru en la batalla de Tucapel en 1553, que significó la muerte de Pedro de Valdivia; la acción de Antonio Ramon Ramon, que intentó ajusticiar al criminal Silva Renardt en 1914, general asesino que dirigió la matanza de más de 3 mil trabajadores chilenos, bolivianos y peruanos en la Escuela Santa María de Iquique; el tiranicidio del 7 de septiembre, se inscribe en los hechos de justicia popular que cada cierto tiempo suceden en nuestra atribulada historia como pueblo.
La justificación del tiranicidio no solo esta refrendada por un sentido mínimo de justicia, también lo avalan distintos pensadores cristianos como Santo Tomas de Aquino, el Padre Mariana o personalidades como Thomas Jefferson en Estados Unidos, también es conocido el Atentado del 20 de julio de 1944 por el Coronel Claus von Stauffenberg para desencadenar la ejecución del Plan Valquiria que intento eliminar a Adofo Hitler, los autores de esta acción son considerados como héroes en la Alemania actual.

Estamos seguros que de haber sido totalmente exitoso el tiranicidio, no viviríamos en la continuación de la dictadura por medio de lo que hoy llamamos “Democracia”.
Muchos quieren hacer parecer que la dictadura fue removida por un lápiz y un papel o por la acción “heroica” de los publicistas como lo plantea la película sobre el NO en el plebiscito, la verdad es otra, el desplazamiento de Pinochet y su gobierno terrorista, fue producto de la lucha multiforme del pueblo abrazando la rebelión popular durante la década del 80.

El objetivo del tiranicidio era ser un aporte para terminar con la dictadura y apurar la realización de una asamblea constituyente en el país, a partir del vacío de poder que quedaría con la ausencia del sátrapa, pero Pinochet siempre fue muy cobarde y arrancó, no fue capaz de enfrentar el combate, quedó vivo y el objetivo político quedo pendiente.