Banco Central solicita línea de crédito preventiva al FMI por US$ 23.800 millones para asegurar liquidez
El organismo internacional anunció que aprobaría la solicitud del ent, esta otra semana.
Una medida inédita en la historia de Chile tomó el Banco Central. Como parte de su estrategia para fortalecer el campo de acción en el caso de que las condiciones económicas adversas generadas por el coronavirus persistan en el tiempo, el ente rector solicitó al Fondo Monetario Internacional (FMI) una Línea de Crédito Flexible (LCF), la cual sería aprobada por el organismo internacional en las próximas semanas.
Ante ello, es que el directorio ejecutivo del Fondo se reunió hoy martes en una sesión informal para discutir una solicitud del Banco Central, que asciende hasta un monto aproximado de US$ 23,8 mil millones.
La medida se creó en 2009 y hasta la fecha solo tres países han solicitado y calificado para la FCL: Colombia, México y Polonia. Ninguno de ellos ha necesitado desembolsar recursos y solo México y Colombia la mantienen hasta ahora, ya que Polonia, después de algunas renovaciones, la cerró a fines de 2017.
“Las autoridades chilenas tienen la intención de tratar la línea de crédito como financiamiento precautorio”, indicó el Fondo a través de un comunicado, y agregó que “esta línea de crédito ayuda a proteger contra choques externos a los países que tienen marcos de política muy sólidos y una trayectoria de muy buen desempeño económico al proporcionar un amplio acceso a recursos del FMI por adelantado sin condiciones ex post“.
Teniendo en cuenta los sólidos fundamentos económicos, marcos de política institucional y antecedentes de Chile, el FMI expresó que su directora, Kristalina Georgieva, tiene la intención de recomendar la aprobación del acuerdo de la Línea de Crédito Flexible con Chile, cuando el Directorio Ejecutivo del Fondo se reúna nuevamente para tomar una decisión en las próximas semanas. “El FMI está listo para continuar apoyando a Chile durante estos tiempos difíciles”, señaló el comunicado.
La línea de crédito “provee un respaldo significativo no sólo para enfrentar shocks externos más severos y elevar la confianza de los mercados, sino también para ampliar el conjunto de herramientas de que dispone el Banco para apoyar la transmisión de la política monetaria y contribuir a la estabilidad financiera”, indicó el Banco en una minuta explicativa.
Además, explicó que el principal objetivo para contratar la FCL es “reforzar la posición de la economía chilena frente a una intensificación de la actual crisis económica internacional causada por la emergencia del Covid-19. La resiliencia del país ha sido probada en múltiples ocasiones, pero las condiciones excepcionales de la economía global en esta coyuntura motivan a las autoridades a complementar precautoriamente las fuentes de liquidez externa”.
El Banco afirmó que el monto -equivalente al 1.000% de la cuota de Chile ante el organismo, aproximadamente la mitad de las reservas internacionales de Banco Central, y en torno a 8% del PIB- sería utilizado solo si se diera un escenario externo “considerablemente más adverso que los escenarios de riesgo del último Informe de Política Monetaria (IpoM)”.
“La FCL se puede entender como instrumento destinado a países en situaciones diametralmente opuestas a las de los que requieren programas tradicionales. Tanto es así, que un país que califica para un Stand-by-Agreement (SBA) por definición no puede calificar para una FCL. De este modo, la FCL no acarrea el estigma que podría asociase a países que acuden por ayuda financiera al FMI. Por el contrario, la FCL es un “sello de calidad” ante los mercados financieros internacionales”, explicó el ente rector.