El número de muertes misteriosas de elefantes en Botswana casi se ha duplicado en varias semanas, hasta 350, comunicó Niall McCann, director del servicio de protección de la naturaleza de la organización benéfica National Park Rescue, con sede en el Reino Unido.
El 11 de mayo se supo de los primeros casos de muerte de elefantes, y para mediados de junio el número de animales muertos alcanzó casi 170.
“Al menos 350 elefantes han muerto, la escala es asombrosa. Botswana es el hogar de un tercio de los elefantes africanos y el 10% de ellos habitan esta región, por lo que esto puede tener un impacto significativo en la población mundial” de estos animales, dijo McCann citado por la televisión Sky News.
Las imágenes hechas desde el aire muestran que los restos de casi el 70% de los elefantes muertos fueron encontrados en aguaderos.
Dado que todos los cadáveres se encontraron intactos, se descarta la caza furtiva. La investigación adicional reveló que el ántrax y el envenenamiento por parte de humanos tampoco son las causas de esas muertes.
McCann calificó la situación de “una extinción catastrófica” y pidió más investigación del asunto.
Residentes locales afirman haber visto a varios elefantes débiles, lo que significa que las muertes seguirán creciendo, añade la cadena.
“Esta es una muerte en un nivel que no se ha visto en mucho, mucho tiempo. Fuera de la sequía, no sé de una que haya sido tan importante “, ha dicho el Dr. Niall McCann, director de conservación de la organización benéfica con sede en el Reino Unido National Park Rescue.
Las palabras son de asombro, porque aún no hay ninguna causa certificada. El gobierno de Botswana no ha analizado todavía las muestras y no se sabe, todavía, qué puede ser lo que está originando las muertes o si podría representar un riesgo para la salud humana. De momento, las principales hipótesis que baraja el ejecutivo son dos: envenenamiento o patógeno desconocido, y por ahora descartan la enfermedad infecciosa ántrax.
Distintos testigos locales han afirmado que algunos elefantes fueron vistos caminando en círculos, lo que supone, según ha dicho McCann, una indicación de discapacidad neurológica: “Si miras los cadáveres, algunos de ellos se han caído de bruces, lo que indica que murieron muy rápido. Otros obviamente mueren más lentamente, como los que deambulan. Entonces es muy difícil decir qué es esta toxina “.
ORO PARA LOS CAZADORES FURTIVOS
Otra de las posibilidades que manejan las autoridades locales es que los elefantes hayan muerto como consecuencia de la intoxicación por cianuro, una técnica a menudo utlizada por cazadores furtivos en Zimbabwe.
Los elefantes, ha recordado McCann, son verdaeros “diamantes que deambulan por el delta del Okavango”. Sus colmillos son muy valiosos para los cazadores sin licencia porque pueden llegar a venderse por una gran suma de dinero.
De ahí que las críticas sean para el gobierno de Botsuana. El propio McCann se ha referido a la muerte masiva como un “desastre de conservación”, y ha criticado duramente al ejecutivo por no proteger “su recurso más valioso”.
CRÍTICAS AL GOBIERNO
Algunos conservacionistas han instado ya a las autoridades a proteger los cadáveres. Entre ellos, la directora ejecutiva de la Agencia de Investigación Ambiental de Londres, Mary Rice: “Existe una preocupación real con respecto a la demora en llevar las muestras a un laboratorio acreditado para analizarlas a fin de identificar el problema, y luego tomar medidas para mitigarlo”.
La falta de urgencia, ha dicho Rice, es motivo de una “verdadera preocupación”, puesto que los elefantes permanecen apilados uno tras otro a lo largo y ancho del Delta.